"Cuando desperté en la maloliente litera del expreso nocturno, tenía cuarenta años recién cumplidos y el pantalón meado".
Así comienza El duende del Norte,
la novela donde comedia, drama y sátira entretejen una epopeya
sentimental en el Bilbao de hace treinta años, el de finales de los 80,
atosigado por el plomo terrorista, el desmantelamiento industrial y la
plúmbea contaminación ambiental.
Pero la singularidad urbanística y
sociológica de aquella renegrida ciudad permitía confundirla con una
aldea o una urbe, según fuera el estado de ánimo de sus pobladores o
forasteros. Al primer grupo pertenece María Eugenia, una fotógrafa que
detesta a quienes retrata; al segundo, Damián Ulloa, un exrevolucionario
que malvive gracias a su condena a muerte en las postrimerías del
franquismo. No obstante, ambos desconocen el inopinado futuro que les
reserva el travieso duende que camufla la bruma endémica del golfo de
Vizcaya.
Hace un cuarto de siglo se publicó El duende del Norte.
Ahora, con motivo de esta nueva edición, su autor ha introducido
algunos cambios para matizar los perfiles psicológicos de los personajes
y realzar su cabalística vinculación con el centenario de la revolución
soviética, en 1917, que tanto condiciona la malquerida existencia del
protagonista de la novela hasta que sufre una insólita transformación en
Bilbao, donde recala, en 1987, huyendo de Madrid, su ciudad natal.